única foto de la unidad siniestrada sin cristales |
Análisis de las lagunas del accidente. La Audiencia Provincial ha fijado una contundente hoja de ruta a la titular del Juzgado número 21 que debe reabrir la investigación del accidente del metro, basándose en las diligencias que solicitaba la Fiscalía de Valencia. La mayor catástrofe ferroviaria se desentierra en los tribunales.
El accidente del metro de Valencia volverá a examinarse bajo la lupa judicial siete años, seis meses y 18 días después de que 43 viajeros de Metrovalencia se subieron a un tren y nunca bajaron vivos de él. La decisión de reabrir el caso obliga a la titular del juzgado de instrucción número 21 de Valencia, Nieves Molina, a investigar detalles que siempre se ha negado a indagar, desde que el accidente de metro más grave España la pillara en funciones de guardia aquel caluroso 3 de julio de 2006.
La sección segunda de la Audiencia Provincial devuelve la pelota al tejado del juzgado de instrucción, pero con la trayectoria planificada por la Fiscalía. La jueza deberá realizar las once diligencias que solicitaron los fiscales Sandra Bonet y Vicente Torres y que la jueza desdeñó en un agresivo auto contra el ministerio público. La Audiencia ha fijado a Nieves Molina una clara hoja de ruta en la nueva investigación.
Algunas de estas lagunas del accidente se podrán analizar gracias a las informaciones publicadas por Levante-EMV, como los tres descarrilamientos previos de la UTA 3736, la ausencia de balizas en el túnel del accidente o las continuas caídas de las ventanas de los trenes, un detalle éste último que también se reveló en el programa de Salvados sobre el accidente del metro.
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