El metro, los retrasos y los carteristas
Los viajeros lamentan los retrasos que provoca la huelga y critican el servicio deficiente
L. Ballester Beneyto, Valencia
Cuando desciendes a una estación de Metrovalencia y preguntas a algún viajero si es usuario habitual del metro, la respuesta suele ir acompañada de un mohín de resignación, cuando no de un lamento: "Sí. Por desgracia, soy usuario (o usuaria) del metro". Cuatro meses seguidos de huelga intermitente de los maquinistas que casi se solaparon con otros paros anteriores en protesta por las futuras privatizaciones de las líneas han cabreado a los usuarios del metro. Y también ha dado más trabajo a los carteristas, que hacen su agosto en las aglomeraciones de los vagones, según denuncian varios viajeros. La mayoría de ciudadanos se resigna. Otros se atreven a presentar quejas ante Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV).
Y el pasado lunes, una treintena de usuarios presentaron una demanda ante la Fiscalía de Valencia para que investigue las continuas huelgas y el servicio "deficiente" de Metrovalencia.
Levante-EMV bajó ayer a la estación de Ángel Guimerà y preguntó a los viajeros cómo ven el servicio. "Puede ser mejorable. Los horarios son bastante malos y, con los paros se notan más. Empezamos el curso con huelga y lo acabaremos con huelga", contaban ayer Jessica Roch y Javi Máñez, de la Pobla de Vallbona y Picassent, quienes admiten que han llegado tarde más de una vez a clase por culpa del metro.
"Fatal, fatal. Me lleva de cabeza", responde Paloma Redondo tras admitir que es usuaria del metro "por desgracia". Vive en Valencia pero se desplaza a trabajar a Silla y Alfafar. "He de combinar trenes, muchos llegan tarde. Y es un jaleo para dejar a mi hija con alguien o recogerla... He presentado dos quejas, me contestaron muy amables. ¿Y qué? La habran tirado a la basura", asegura, mientras advierte que ha aumentado la inseguridad en el metro por las aglomeraciones. "A mi amiga le quitaron la cartera. Y a mi, a punto estuvieron".
A Patricia Vizcaino del barrio de Malilla sólo le da tiempo a decir -justamente su tren llega enseguida- que desearía que hubiera "más unidades para que el tiempo de espera fuera menor".
A Pilar, de Paterna, le fastidia que el servicio acabe tan pronto. "A mucha gente que trabaja en el sector de la hostelería le vendría muy bien que acabaran el servicio a la medianoche". Y lamenta que con la huelga "perdemos demasiado tiempo, llegamos siempre justos y corriendo". Para Anna, de Gandia, "es una vergüenza que no se pongan de acuerdo (FGV y el SIF) después de lo que pasó en el accidente del metro y que no reconozcan el papel que tienen los maquinistas".
Ana Lacruz, de l'Eliana, lamenta que "desde que empezó el curso vamos en el metro como sardinas y con frecuencias de 30 y 45 minutos". A Miguel Diago, de Domeño, el servicio le parece "bien y decente en el centro". Pero en la Línea 1, "el retraso ya se presupone". Un día su tren sufrió una avería "a un kilómetro de Llíria y tuve que volver andando. Presenté una queja y me dieron un bonodiez gratis, pero tampoco es eso". Isabel y Maria José, de Almàssera, usan poco el metro, "pero cuando lo cogemos... Ayer veníamos sin poder movernos".
L. Ballester Beneyto, Valencia
Cuando desciendes a una estación de Metrovalencia y preguntas a algún viajero si es usuario habitual del metro, la respuesta suele ir acompañada de un mohín de resignación, cuando no de un lamento: "Sí. Por desgracia, soy usuario (o usuaria) del metro". Cuatro meses seguidos de huelga intermitente de los maquinistas que casi se solaparon con otros paros anteriores en protesta por las futuras privatizaciones de las líneas han cabreado a los usuarios del metro. Y también ha dado más trabajo a los carteristas, que hacen su agosto en las aglomeraciones de los vagones, según denuncian varios viajeros. La mayoría de ciudadanos se resigna. Otros se atreven a presentar quejas ante Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV).
Y el pasado lunes, una treintena de usuarios presentaron una demanda ante la Fiscalía de Valencia para que investigue las continuas huelgas y el servicio "deficiente" de Metrovalencia.
Levante-EMV bajó ayer a la estación de Ángel Guimerà y preguntó a los viajeros cómo ven el servicio. "Puede ser mejorable. Los horarios son bastante malos y, con los paros se notan más. Empezamos el curso con huelga y lo acabaremos con huelga", contaban ayer Jessica Roch y Javi Máñez, de la Pobla de Vallbona y Picassent, quienes admiten que han llegado tarde más de una vez a clase por culpa del metro.
"Fatal, fatal. Me lleva de cabeza", responde Paloma Redondo tras admitir que es usuaria del metro "por desgracia". Vive en Valencia pero se desplaza a trabajar a Silla y Alfafar. "He de combinar trenes, muchos llegan tarde. Y es un jaleo para dejar a mi hija con alguien o recogerla... He presentado dos quejas, me contestaron muy amables. ¿Y qué? La habran tirado a la basura", asegura, mientras advierte que ha aumentado la inseguridad en el metro por las aglomeraciones. "A mi amiga le quitaron la cartera. Y a mi, a punto estuvieron".
A Patricia Vizcaino del barrio de Malilla sólo le da tiempo a decir -justamente su tren llega enseguida- que desearía que hubiera "más unidades para que el tiempo de espera fuera menor".
A Pilar, de Paterna, le fastidia que el servicio acabe tan pronto. "A mucha gente que trabaja en el sector de la hostelería le vendría muy bien que acabaran el servicio a la medianoche". Y lamenta que con la huelga "perdemos demasiado tiempo, llegamos siempre justos y corriendo". Para Anna, de Gandia, "es una vergüenza que no se pongan de acuerdo (FGV y el SIF) después de lo que pasó en el accidente del metro y que no reconozcan el papel que tienen los maquinistas".
Ana Lacruz, de l'Eliana, lamenta que "desde que empezó el curso vamos en el metro como sardinas y con frecuencias de 30 y 45 minutos". A Miguel Diago, de Domeño, el servicio le parece "bien y decente en el centro". Pero en la Línea 1, "el retraso ya se presupone". Un día su tren sufrió una avería "a un kilómetro de Llíria y tuve que volver andando. Presenté una queja y me dieron un bonodiez gratis, pero tampoco es eso". Isabel y Maria José, de Almàssera, usan poco el metro, "pero cuando lo cogemos... Ayer veníamos sin poder movernos".
1 comentario:
Como nos podemos poner en contacto para unirnos y hacer algo con sentido, es decir, organización, porque todos estamos hartos de este servicio precario.
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